Por: Itzuri Cruz
El día 16 de mayo de 2023 en un comunicado de la página oficial de Facebook de la UMSNH, se dio a conocer un operativo de las fuerzas policiacas y militares a “una de las instituciones dependientes” de la Universidad, la cual es por las fotos publicadas, la Preparatoria 2 “Ing. Pascual Ortíz Rubio”. El motivo que se expuso para dicha movilización fue el de “disuadir cualquier conducta que vaya en contra de la ley”, por si fuera poco, se anunció que sería el primero de “otros más”. No queda completamente claro, por qué entró la policía estatal y los militares con armas largas y binomios sin orden previa, pues apenas unos minutos antes dieron aviso de que entrarían al recinto, ¿qué amenaza puede representar la planta docente y los estudiantes menores de edad para tal intervención?
Este hecho es una flagrante violación de la autonomía universitaria y una amenaza a todas luces de la integridad de las y los estudiantes, pareciera burla que se llevó a cabo en la preparatoria que lleva por nombre al personaje que otorgó autonomía universitaria, por primera vez en México, a una institución de educación superior, aquel 5 de octubre de 1917.
La autonomía universitaria permite a la Universidad discutir y resolver las problemáticas que atañen a sus instituciones y personas que las conforman, con independencia de grupos ajenos a la máxima casa de estudios.
Al contrario de lo que parecieran anunciar las autoridades universitarias, las intervenciones del ejército mexicano en la UMSNH han obedecido históricamente a mandatos de grupos políticos, que pretendieron acallar las demandas de una sociedad justa y digna, abanderadas por ilustres nicolaitas. Por citar dos ejemplos, en 1963 hubo una disputa por la modificación de la Ley Orgánica de la UMSNH entre impulsores y detractores, o “degortaristas” y “antidegortaristas” nombrados así a partir de la simpatía con el Dr. Eli de Gortari, rector de aquel tiempo. El gobernador de ese entonces, Agustín Arriaga Rivera (PRI), violando la autonomía universitaria, mandó al ejército a la universidad para intentar “pacificar” el conflicto, dando como resultado un estudiante muerto por las balas del ejército, la destitución del rector y una Ley Orgánica sumamente regresiva, significó también la continuación de un gobierno represor y autoritario. De nuevo el 2 de octubre de 1966, el ejército y la policía abrieron fuego contra los estudiantes, dando muerte a uno de ellos e hiriendo a muchos más, por un conflicto que atañía al movimiento universitario: la elección de rector y el alza del transporte. Como respuesta la Universidad entraría en huelga el 3 de octubre, con numerosas organizaciones sociales apoyando la decisión, pues los estudiantes eran sus hijos e hijas, y como ellos, querían mejores condiciones de vida. Finalmente, el gobernador del estado pidió apoyo federal para mantener al ejército en las calles de Morelia y ocupar el recinto universitario, también llamó a la prensa a difamar y satanizar el movimiento estudiantil con la idea de “restablecer el orden”.
Aunque la entrada del ejército a la Preparatoria 2 obedece al supuesto narcomenudeo al interior de la Universidad, sigue siendo una violación de la autonomía, son las autoridades universitarias las que deben discutir y sancionar dichas conductas en caso de ser ciertas, de lo contrario es una difamación. La erradicación del uso de drogas, no se resuelve con el ejército en las Universidades.
Recordemos que el Ejército Mexicano está señalado a nivel mundial como uno de los que más quejas tienen por violaciones a los derechos humanos, vinculados a violaciones sexuales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, asesinatos extrajudiciales, tortura, nexos con el narcotráfico, entre otros. Diversas organizaciones de personas defensoras de derechos humanos, como Amnistía Internacional, proponen el retiro progresivo de las fuerzas armadas de las calles, debido a los desastrosos resultados que ha acarreado la militarización en México. Es alarmante que un ejército con esas cifras, entre a la Universidad a “revisar” a menores de edad.
¡Fuera el Ejército de la UMSNH!
¡No a la militarización!
