Por: Lenin Contreras

Después de la ocupación militar rusa de territorio ucraniano, la FIFA y la UEFA suspendieron de todas las competiciones internacionales a los clubs de futbol y a la selección rusa del mundial de futbol a desarrollarse en Qatar en 2022. De inmediato surgió la pregunta: ¿Si se suspende a Rusia por bombardear a Ucrania, por qué no se suspendió a los Estados Unidos por bombardear Irak, Afganistán, Libia y Siria? La FIFA tampoco suspendió a Inglaterra por la ocupación ilegal de las Islas Malvinas e incluso ha llegado a organizar mundiales bajo dictaduras como la de Rafael Videla en Argentina (1978).

De la misma manera ¿Qué hizo la FIFA cuando, como acto de protesta por el golpe de estado de Pinochet, el 21 de noviembre de 1973, la selección de la URSS se negó a jugar el partido de repesca para el mundial contra la selección chilena de futbol en el Estadio Nacional? La FIFA permitió que la selección de Chile jugara sin contrincante, y “ganara” un partido fantasma que se pretendía realizar en un estadio donde se detuvieron y torturaron a más de 7 mil personas.

En los últimos días la FIFA autorizó que los equipos de futbol porten playeras con la consigna “No a la Guerra” en claro respaldo al gobierno de Zelensky.  Mientras, la misma FIFA a vetado el Celtic Park, casa del equipo de futbol escoces Celtic, porque sus hinchas expresan recurrentemente su apoyo al pueblo palestino, exigiendo el regreso de Jerusalén a Palestina y repudian la guerra genocida sostenida por Israel por 70 años. Tan sólo en 2021, Israel asesinó a más de 250 civiles palestinos, 60 de ellos eran niños, no hubo ni una sanción contra clubs o contra la selección israelí de futbol. 

En 2009, tras los bombardeos de Israel a la población en la Franja de Gaza, el delantero del equipo del Sevilla, Frederick Kanouté, fue multado con 3 mil euros por mostrar su apoyo al pueblo palestino al anotar un gol en octavos de final de la Copa del Rey. La FIFA respaldo la sanción porque según su reglamento, en competencias oficiales no se pueden hacer anuncios políticos. 

Amnistía internacional ha denunciado la muerte de aproximadamente 6 mil 500 trabajadores inmigrantes en las obras de construcción de los estadios de futbol y centros deportivos que se usarán en el Mundial de Futbol en Qatar 2022. ¿Qué ha dicho la FIFA al respecto? Absolutamente nada relevante. 

A la muerte de trabajadores se suma la tolerancia de la FIFA a un gobierno homofóbico y misógino que a recomendado a los asistentes al mundial, ser “prudentes” con las muestras de afecto en público, además de que permite que las mujeres sean azotadas cuando se les acusa de engañar a sus esposos. ¿Alguna sanción o amonestación de la FIFA contra el gobierno qatarí? No, ninguna.

A la hipocresía de la FIFA se han sumado organismos internacionales y por supuesto, la prensa occidental.

El fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim A. A. Khan en una semana atrajo el caso de la guerra en Ucrania por posibles crímenes contra la humanidad, mientras que el pueblo palestino ha exigido por 70 años se juzguen los crímenes de genocidio cometidos por Israel sin éxito, y la Corte Penal Internacional ha sido el principal obstáculo para juzgar los crímenes del nazisionismo.  La guerra de exterminio contra el pueblo palestino, el mayor crimen contra la humanidad en la historia moderna, ha sido tolerada por todos los organismos internacionales, desde la ONU, la Unión Europea, la Corte Penal o la FIFA que nunca a vetado a Israel de justas deportivas. 

Por su parte, la prensa de occidente ha promovido un trato diferenciado entre los refugiados ucranianos de los refugiados de África u Oriente Medio. En la NBC, se escuchó decir a una reportera: “Solo para decirlo sin rodeos: estos no son refugiados de Siria. Son refugiados de la vecina Ucrania”. Charlie D’Agata de la cadena CBS declaró: “Esto no es Irak o Afganistán, esta es una ciudad relativamente civilizada y europea”. El racismo con que la prensa cubre los hechos de Ucrania es acompañado por la indolencia y discriminación de la población ruso hablante que habita el Donbass, la cual ha sido masacrada durante 8 años por el gobierno de Ucrania.  

¿Cuántos titulares le ha dedicado la prensa occidental al hecho de que la agrupación de ultraderecha del batallón Azov secuestró y asesinó al alcalde de Kreinna, Vladimir Struk, partidario de firmar la paz con Rusia? 

Cuando en 1991, Sadam Husein amenazó con usar a ciudadanos iraquíes como escudos humanos para contener los intensos bombardeos de los Estados Unidos y sus 33 aliados en la Guerra del Golfo, la prensa occidental tachó a Sadam de dictador. Ahora que Zelensky usa civiles armados con bombas molotov como escudos humanos contra el avance de uno de los ejércitos más preparados y mejor armados del mundo, la prensa de occidente califica al gobierno en Kiev como patriota. Ni que decir del blanqueo que la prensa occidental hace del carácter y filiación fascista de las fuerzas armadas ucranianas.  

La prensa internacional condena la posesión de armas nucleares rusas, pero no dicen nada de que Israel acrecenté su capacidad nuclear y se niegue a firmar un acuerdo para declarar Oriente Medio como zona de no proliferación de armas nucleares. 

Con el conflicto en Ucrania, la hipocresía pacifista de los organismos internacionales y la prensa se mostró crudamente. Demuestra que el imperialismo es un complejo no solo militar, también cultural, una gran fuerza centrípeta que ha construido todo un conjunto de organismos e instituciones que, aunque parecen neutrales, no lo son. Estos aparatos del imperialismo hoy se oponen falsamente a la guerra, pero ayer y siempre la han apoyado. La hipocresía pacifista solo muestra como los organismos del imperialismo se oponen a la guerra.