Por: Lenin Contreras

El martes pasado Gabriel Quadri y los diputados ultraderechistas en México, se manifestaron en la Cámara de Diputados por el conflicto en Ucrania. Que quede claro, no protestaron contra la guerra, nunca les ha interesado la vida humana, protestaron porque, aunque no lo digan, simpatizan con el régimen fascista de Ucrania.

Son los mismos que invitaron al racista y colonialista Santiago Abascal a México en septiembre de 2021, adorador del Dictador Francisco Franco, quien dio asilo político al ucraniano Stepán Bandera, colaborador de Hitler y del fascismo alemán. Bandera ahora es canonizado por las fuerzas fascistas ucranianas y el gobierno de Zelensky como héroe nacional, y al mismo tiempo la ultraderecha mexicana, en su tradición lacaya de los imperios extranjeros, replica la estridencia de la guerra mediática norteamericana, enaltece el fascismo de Zelensky, cuando por años el régimen de Kiev desató una guerra de exterminio y genocidio contra la población rusa en el Donbáss.  

Quadri y su camarilla, son los mismos que promueven el odio y racismo contra las caravanas migrantes de Centro América. Los mismos que decían que el problema del atraso de México son los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, los tres con una gran cantidad de población indígena. Son la ultraderecha rancia que promueve la penalización de las mujeres por ejercer su derecho a decidir sobre sus cuerpos, que defienden el clasismo acedo, que niegan el exterminio del colonialismo español y enaltecen orgullosos su supuesta ascendencia “española”.

La ultraderecha mexicana, en su enfermizo anticomunismo, quisiera hacer lo mismo que los fascistas ucranianos, derrumbar los monumentos de V.I. Lenin, quemar vivos a los comunistas, calcinar las oficinas sindicales e iniciar una guerra de limpieza étnica contra la población que no habla su idioma. Aunque, en parte, ya lo hicieron con la Guerra Sucia y la imposición del sanguinario modelo neoliberal.

La ultraderecha mexicana, exige sanciones económicas contra Rusia, como lleva años impulsando las sanciones criminales contra Cuba y Venezuela; pero sin problema, promueve y acepta la colaboración comercial y política con el país más genocida y guerrerista de la historia, los Estados Unidos. De igual forma, apoyan al régimen nazifascista de Israel que tiene 50 años impulsando una guerra de exterminio y robo contra el pueblo palestino.  

El conflicto militar en Ucrania no puede reducirse al más obtuso maniqueísmo: La guerra contra la paz, los buenos contra los malos, etc. Esta visión solo es útil a la ultraderecha mexicana y mundial. La lucha por la paz y contra la guerra, no puede reducirse a consignas abstractas, no puede ser una predica por el pacifismo burgués, ya que se corre el riesgo de ser un tonto útil a favor de los intereses imperialistas.  

Que quede claro: Hitler, Franco y Bandera, son los fascistas de ayer; Zelensky, Abascal y Quadri, entre otros, son los fascistas de hoy.