RUBÉN JUÁREZ


Donald Trump representa a los empresarios que sostienen posturas fascistas, anti laborales, racistas, segregacionistas, supremacistas, belicista, anti feministas y anti ambientales, por ello es deleznable y condenable, simultáneamente el capitalismo representa la principal amenaza para la humanidad, un sistema político económico autoritario que permite a un puñado de empresarios amasar fortunas billonarias a costa de la pobreza de miles de millones de seres humanos. El capitalismo produjo el pensamiento fascista, y a sus principales figuras como Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Augusto Pinochet, Donald Trump y Jair Bolsonaro, ellos a su vez operan para asegurar la supervivencia del capitalismo.


El capitalista Joe Biden, al igual que el capitalista Donald Trump, opera para asegurar la supervivencia del capitalismo, y por tanto, defender los intereses del puñado de empresarios billonarios a costa del bienestar de la clase trabajadora, en lo fundamental están de acuerdo y mantienen diferencias en matices. Biden captó el voto anti Trump asumiendo posturas a favor del medio ambiente, de las mujeres, sistema de salud, de la diversidad racial y reforma migratoria. Sin embargo, eso no significa que Biden vaya a cumplir con sus promesas de campaña, durante la administración de Barack Obama poco se avanzó en esos temas, y en el caso de la política hacia los migrantes se incrementaron los índices de deportación. Durante la administración de Obama se dio continuidad a la operación denominada “Rápido y furioso” implementada por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivo, iniciada en la administración de George W. Bush, que introdujo armas ilegalmente a México y terminaron en manos de la delincuencia organizada.


El voto anti Trump llevará a Joe Biden a la presidencia para mantener la hegemonía de los capitalistas estadounidenses, y paradójicamente, no cambiar en lo fundamental, “Business as usual”.


La antidemocracia estadounidense.


El bipartidismo estadounidense simula la alternancia en el poder político, entre dos partidos que en lo fundamental representan los intereses de la élite capitalista estadounidense. Durante el periodo neoliberal, aproximadamente de 1970 a la fecha, durante 12 años gobernaron 3 presidentes del partido demócrata (Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama), todos ellos impulsaron la agenda neoliberal en Estados Unidos y en el mundo, mantuvieron posturas racistas, bélicas y militaristas, impulsaron la hegemonía de las trasnacionales estadounidenses en el mundo, fueron funcionales al capitalismo estadounidense.


El sistema electoral es un elemento clave en la fundación del estado esclavista, genocida y capitalista estadounidense, no valen lo mismo el voto de todas las personas, en su origen el sistema electoral otorgó un mayor valor al voto de las personas blancas que a los esclavos negros, actualmente el sistema electoral otorga más valor a los votos de ciertos estados, por ejemplo, cada voto de un ciudadano de Wyoming vale 4 veces más que cada voto de un ciudadano de California, este esquema desigual en el valor del voto, permite que unos cuantos distritos electorales rurales y suburbanos, de un puñado de estados del medio oeste determinen quién ganará la elección presidencial, al grado que desde 1992 los republicanos sólo han ganado 1 vez la elección presidencial con el voto popular, el resto de las ocasiones lo han perdido y han ganado la elección mediante el colegio electoral.


Los capitalistas estadounidenses entienden que la clase trabajadora tiene la fortaleza para erradicar el capitalismo, por ello, desde hace más de 1 siglo el gobierno estadounidense ha aplicado políticas represivas en contra del comunismo en aquel país, acciones de espionaje, persecución y encarcelamiento en contra de organizaciones y personas que manifestaran respaldo o afinidad con el comunismo. El 24 de agosto de 1954, el presidente Dwight Eisenhower decretó la ley denominada acta de control comunista (Communist Control Act) que declara ilegal al partido comunista de Estados Unidos y criminaliza la afiliación o apoyo al partido comunista u organizaciones de orientación comunista .


Cabe señalar que no existen prohibiciones o persecuciones en contra del Partido Nazi Americano, el Ku Klux Klan o cualquier organización de ultraderecha o supremacista.
Hasta ahora el sistema electoral estadounidense ha sido capaz de evitar que la clase trabajadora sea representada por diputados y senadores que defiendan sus intereses, incluso de verdaderamente disputar la gobernatura de los estados y la presidencia de la república, funciona como un dique que atempera las poderosas protestas callejeras y evita que lleguen al ámbito político.


Racismo y segregación.


La clase empresarial estadounidense ha utilizado el racismo y segregación como un mecanismo para mantener dividida la clase trabajadora.


A 186 años de la abolición de la esclavitud en Estados Unidos, persiste una sociedad racista y desigual, que tolera la discriminación por color de piel y estatus migratorio, que mantiene vigentes los símbolos esclavistas en monumentos, ciudades y banderas estatales de los antiguos estados confederados, o mejor dicho, esclavistas.


A 58 años del asesinato de Malcolm X y a 52 años del de Martin Luther King los derechos civiles están ausentes en la Constitución de los Estados Unidos. Persisten grandes protestas por la brutalidad policiaca y la violación de derechos civiles en contra de la población afrodescendiente, latina y nativo americanos, así como contra migrantes indocumentados.


La historia de los Estados Unidos está llena de protestas en contra de la discriminación y la brutalidad policiaca, desde el año 2017 la sociedad estadounidense se sacude con constantes protestas, que llegan a niveles de sublevaciones populares que son reprimidas por las fuerzas policiacas y la guardia nacional.


La polarización de la sociedad estadounidense.


El capitalismo ha generado grandes desigualdades y polariza la sociedad en dos grandes clases sociales, los empresarios (burgueses o capitalistas) y la clase trabajadora (proletariado o fuerza laboral) la pugna entre esas clases sociales se manifiesta en conflictos en todos los ámbitos sociales.


La desigualdad crece sostenidamente en Estados Unidos, en 1970 el coeficiente de GINI tenía un valor 0.394 y en 2019 alcanzó el valor de 0.484 , superior al coeficiente de GINI de México que es de 0.475, es decir, Estados Unidos es más desigual que México.


Los conflictos en los Estados Unidos están marcados con grandes huelgas y protestas callejeras . La clase trabajadora estadounidense reclama mejores salarios y prestaciones a través de huelgas y protestas:



La polarización social es el resultado de la desigualdad provocada por el capitalismo, ni Biden ni Trump pretenden eliminarla, por el contrario, ellos implementan políticas para sostener el capitalismo, y con ello continuarán profundizando la polarización de la sociedad.
Los graves problemas del pueblo estadounidense solo tienen una salida: la construcción del partido comunista para instaurar el socialismo en los Estados Unidos.