¿Cómo suple la burguesía la crisis? Por una parte, mediante la
destrucción forzada de una masa de fuerzas productivas; por otra,
mediante la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa
de mercados viejos. ¿Cómo, pues? Preparando crisis más extensas y
más violentas y reduciendo los medios para prevenir las crisis.
-Karl Marx-



Michel Quesada.

La presente crisis económica y social que vivimos hoy en día -además de la contingencia sanitaria- sólo ha servido para que millones de trabajadores y trabajadoras en México sufran las consecuencias de la situación actual, habiendo 12 millones de empleos perdidos (La Jornada) e innumerables violaciones a los derechos laborales. La burguesía puso en marcha un plan para que seamos nosotros y nosotras las que paguemos el costo de la crisis, pues en estos meses la impunidad de la que gozan las empresas grandes y medianas ha sido evidente.

En el mundo los multimillonarios han acrecentado sus ganancias, ejemplo de esto, el hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, es uno de los claros ganadores en la crisis económica, su nicho de mercado se sitúa con consumidores en su sitio web, generando ganancias cerca de US$11,000 por segundo, es decir, $264 mil pesos mexicanos. Lo que significó que las acciones de Amazon registraron un alza histórica (BBC). En México, el máximo magnate Carlos Slim Helu aumentó su riqueza nada más y nada menos que en 1,600 millones de dólares (Forbes). Esta creciente riqueza de los magnates se traduce en el continuo aumento de la miseria de la clase trabajadora.


Por si fuera poco, la burocracia partidista como la gubernamental ha ido ayudando a que la crisis no se transforme en un proceso de organización de la clase trabajadora que ponga en peligro al sistema económico actual. Como hablamos de México, en primer lugar, las Juntas de Conciliación y Arbitraje han permanecido cerradas, lo cual significa que los casos de despido o violación a los contratos se han permitido o si acaso el régimen negase esta afirmación, se ha visto incompetente para resolver la seguridad laboral de las y los trabajadores en México. De igual forma no aparecemos protegidos contra este cisma laboral, somos cada vez más arrojados a una subordinación que significa arroparse de los nuestros y encontrar solidaridad en la familia y en los amigos, trabajadores también.


En segundo lugar, existe un sistema de salud en México totalmente abandonado. La descentralización de la salud pública (1997) ha provocado que la rencilla electoral entre partidos y política entre sectores de la burguesía encuentre un canal de disputa y carne de cañón disponible. Usa a las y los enfermos de covid-19 como cifras en la competencia mediática que sucede entre gobiernos estatales y gobierno federal y entre partidos representantes de la burguesía nacional e internacional (PAN-PRI-PRD vs MORENA). No sólo es el discurso, sino que son las vidas de las y los trabajadores de México las que se están perdiendo por esta disputa, pues mientras ambas partes se culpan entre sí, los gobiernos estatales y partidos aprovechan para descapitalizar los sistemas de salud (MIR México) y así tener fondos para continuar la contienda electoral, para financiar medianas empresas que no hubiesen sobrevivido a la crisis y por supuesto, para asirse de propiedades y lujos que no dejan de verse como lo más absurdo de este contexto. El capitalismo funciona así.


Producto de la pérdida de empleos y de la violación a los derechos de las y los trabajadores, el acceso a la salud es cada vez menor. El Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México expresa que en el mes pasado ya había 34 167 349 personas sin acceso a un sistema de salud (véase gráfica 1), lo que se traduce en muerte si además de contagiarse de coronavirus y complicarse, se padece de otras enfermedades crónicas-degenerativas, o si ocurre algún accidente, si te encuentra un infarto o un derrame cerebral. Sin el derecho a la salud pública y gratuita la única garantía que tenemos las y los trabajadores es la muerte y el desahucio. Desde el 27 de febrero al 19 de julio, el número oficial de contagios es de 383 mil 847 casos y 41 mil 49 defunciones estimadas (https://coronavirus.gob.mx/datos/).


De acuerdo con las cifras actualizadas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de diciembre de 2018 a mayo de 2020 fueron asesinadas 53 mil 628 personas en México. Un promedio de 98 homicidios cada día producto del desempleo, de la precarización y la miseria. Es una cifra que sigue creciendo, en una ruptura económica que seguimos pagando las y los trabajadores.


En todo este desencuentro escalofriante para nosotros y nosotras y maravilloso para la burguesía, los empresarios han encontrado una nueva forma de llamarle: Nueva normalidad. La consigna gubernamental es una idea que busca formar parte de nuestro imaginario, que pretende poco a poco hacernos ver y vivir de manera natural esta situación que se agrava cada vez más. En el terreno de la lucha de clases (trabajadores vs empresarios), hay una situación que está siendo aprovechada por los grandes magnates. La cuarentena y la contingencia sanitaria sirve como pretexto para el despido masivo, para la precarización y flexibilización laboral. En general la contingencia le ha dado el respiro necesario a la burguesía para modificar medios de trabajo y las fuerzas productivas, disminuyendo empleos, además de cambiar infraestructura vieja por nueva. Esto ha hecho a grandes rasgos que las ganancias de los capitalistas suban y que más personas se queden en la miseria.


¿Cuál es nuestra situación actual?


Las y los trabajadores enfrentamos una situación de dominación y subordinación, más que de conflicto. Esto quiere decir que hemos estado resistiendo el plan elaborado por la burguesía. Si nos despiden, buscamos empleo, si no nos dan seguro social y enfermamos, ponemos de nuestro salario o hacemos uso de la solidaridad obrera recurriendo a algún amigo o amiga médico que pueda recetarnos. La resistencia puede entenderse a veces como la mera supervivencia de la clase trabajadora, esa lucha continua por no morir es la lucha continua contra nuestro opresor: los empresarios y su burocracia gubernamental y partidista.
También la subalternidad ha comenzado por producir proyectos económicos que poco a poco dan fuerza, como la fundación de un sindicato, cooperativa o movimiento obrero y que ganan cierta independencia de clase, aunque muy limitada. Nuestra situación actual es de dominados y si queremos salir de los caprichos de los que se hacen ricos cada vez más con nuestro esfuerzo, debemos consolidar nuestras herramientas para combatir frente a frente contra la burguesía.


En efecto, las y los trabajadores no tenemos por qué pagar una crisis económica que no provocamos, pero para no hacerlo las organizaciones comunistas y socialistas debemos encontrar un punto de encuentro que nos lleve a crear un frente amplio en la lucha por el socialismo en México. De la misma manera trabajadores y campesinos debemos de crear un bloque histórico contra la burguesía rapaz que no dudará en matarnos como la ha venido haciendo. Estamos a tiempo de consolidar nuestra fuerza.


Referencias:
• Karl Marx. F. Engels. Manifiesto del Partido Comunista. Gredos. Madrid. 2018.
• https://mirmexico.mx/2020/04/22/desmantelamiento-de-los-servicios-de-salud-y-consecuencias-para-luchar-contra-el-coronavirus/
• https://cam.economia.unam.mx/reporte-de-investigacion-132-los-costos-sociales-por-la-pandemia-del-covid-19/#_ftn2
• https://www.animalpolitico.com/2020/06/18-meses-amlo-muertos-asesinados-mujeres-menores/
• https://www.sinembargo.mx/11-02-2020/3729126
• https://www.forbes.com.mx/negocios-carlos-slim-multimillonarios-ganaron-20000-mdd/
• https://www.jornada.com.mx/ultimas/economia/2020/06/01/pandemia-saco-del-mercado-laboral-a-12-5-millones-inegi-2475.html
• https://www.bbc.com/mundo/noticias-52647431
• https://coronavirus.gob.mx/datos/