La avaricia capitalista privilegia la ganancia por encima de la vida y la salud, eliminando derechos laborales y sociales, precarizando salarios y pensiones, prohibiendo sindicatos independientes y democráticos, arrojando a la pobreza y desamparo al 78% del pueblo mexicano a la pobreza y al desamparo.

Acusamos y denunciamos a los empresarios Carlos Slim, German Larrea Mota, Ricardo Salinas Pliego, Alberto Bailleres, Eva Gonda, María Asunción Aramburuzabala Larregui,  Antonio del Valle, Gustavo de Hoyos Walter, Carlos Salazar, Luis Niño de Rivera, José Manuel López Campos, Francisco Cervantes Díaz, José Enoch Castellanos Férez y Luis Aguirre Lang, cabezas visibles de la élite empresarial, y a los afiliados al Consejo Mexicano de Negocios, Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Concejo Coordinador Empresarial (CCE), Asociación de Bancos de México (ABM), Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos (Concamin), Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (index), de la tragedia, pobreza y muerte que viven las trabajadoras y trabajadores a consecuencia de la recesión económica y violar las medidas de la contingencia sanitaria.

Los hacemos responsables de las muertes de las trabajadoras y trabajadores que han fallecido porque son obligados a laborar contraviniendo la contingencia sanitaria.

Los hacemos responsables de la enfermedad de las trabajadoras y trabajadores que se han contagiado porque son obligados a laborar sin medidas sanitarias.

Los hacemos responsables de despedir a por lo menos 360 mil personas y un número indeterminado de personas que laboraban en la subcontratación e informalidad, arrojándolas a la pobreza y la desesperanza.

Los hacemos responsables de reducir arbitrariamente hasta el 50% del salario de las trabajadoras y trabajadores, arrojándolas a la pobreza y la desesperanza.

Son culpables de desmantelar el sistema de salud público y, transformar el derecho de la salud en un negocio lucrativo.

Son culpables de la precarización del salario, prestaciones y pensiones.

Son culpables de condenar a la pobreza al 78% de la población.

Son culpables de condenar al desempleo, la subocupación e informalidad a 36.6 millones de personas.

Son culpables de evadir impuestos por al menos 55 mil millones de pesos, recursos que deben destinarse a fortalecer el sistema público de salud y establecer un sistema de apoyo económico para desempleados y subocupados.

Son culpables de transferir 76 mil 166 millones de dólares a Estados Unidos, y ahora exigir rescates financieros que nunca han beneficiado al pueblo.

¡Ya basta, es el momento de defender nuestros derechos!

En cada gremio, en cada sector, en cada rincón del país, las trabajadoras y trabajadores debemos organizarnos para defender nuestros derechos, nuestra fuerza está en nuestro número, somos mayoría.

Las trabajadoras y trabajadores luchan al interior de su gremio o sindicato contra el capital, el éxito a fondo de cada lucha individual, requiere del éxito de las luchas de todos los gremios, requiere del éxito del movimiento feminista, del éxito de los pueblos originarios y del éxito del movimiento ambientalista, el éxito de todas las luchas populares sólo será posible, uniéndonos en un movimiento único, construyendo el proyecto de nación de y para las trabajadoras y trabajadores, y erradicando el capitalismo.

Solo el pueblo organizado puede salvar al pueblo. La rebelión organizada de la fuerza laboral contra el capitalismo es la única salida favorable para el pueblo.

¡Únete a la rebelión de la fuerza laboral!

¡No pagaremos sus ganancias con nuestra salud y nuestros derechos!

¡Ante barbarie capitalista, el futuro es socialista!

¡Por la unidad de la clase trabajadora, venceremos!