Michel Quesada
A un año del movimiento 20/32 que le plantó cara a la burguesía, las y los trabajadores renuevan la lucha. Pues a pesar de la fundación del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de la Industria y Servicio 20/32 (SNITIS 20/32) y de la continua pugna por mejorar las condiciones laborales en la maquila, se han encontrado con una serie de obstáculos. Los sindicatos charros de la CTM, el gobierno municipal y estatal, así como las mismas empresas y empresarios en general, han puesto trabas para que la vida del pueblo trabajador en Matamoros mejore. Por tal, no es que durante un año la lucha haya quedado suspendida, sino que hay momentos en que esta es y se visibiliza más fuerte y momentos en que esta se tensa a menor nivel.
Mientras la recesión (producto de la crisis del capital) es anunciada, la pandemia COVID-19 ha favorecido un panorama en el que las y los obreros están lejos de conseguir las condiciones mínimas para exigir el cumplimiento de la Ley Federal del Trabajo. Es decir, mientras tenemos artículos como el 427, fracción VII, 429 fracción IV, 430, 431 y 432 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), donde se especifica que en caso de contingencia sanitaria y su derivada suspensión de labores, se le deberá pagar el salario de un mes al trabajador o trabajadora, esta es letra muerta para las y los empresarios y dueños de la maquila, pues con total impunidad no respetan el más mínimo derecho laboral y menos aún la más mínima norma sanitaria.
Este escenario provocó la necesidad de que las y los obreros de la maquila en Matamoros comenzaran a parar las labores de la producción. Hay que dejar en claro, que la gran mayoría de las actividades laborales no están catalogadas como esenciales según el decreto del pasado 30 de marzo, y que las empresas cuyas labores fueron consideradas como esenciales no han respetado las normas de sana distancia, de baja producción y de trabajo con poco personal seleccionado.
En Ciudad Juárez, por ejemplo, los estragos ya son visibles, ya que murieron 6 trabajadores de la empresa Lear Corporation planta Río Bravo, que dieron positivo a SARS-COV-2 (masnoticias.net). En Matamoros propiamente, se conoce de al menos 3 casos infectados en la empresa TPI, en Leche Lucerna también se encuentran 3 casos. En las condiciones de la maquila, donde las y los obreros trabajan hacinados, la infección puede extenderse de manera exponencial. Si aquello que “no se ve” también existe, es real que pueden encontrarse hasta 9 casos por cada uno de los infectados, hablamos de consecuencias catastróficas para los y las obreras.
Ante los casos de infección y la inminente propagación, las empresas optan por tomar medidas que ponen en peligro la vida de las y los trabajadores, pero que aseguran sus ganancias. Tal es el caso de la empresa GENIE que encerró deliberadamente a todos las y los trabajadores en un cuarto sin ninguna precaución. Preocupados de la posible organización de los y las obreras, los dejaron por horas sin comer, beber o incluso ir al baño, relata el denunciante en la página oficial del SNITIS 20/32. Toda esta violación a los derechos de la clase trabajadora Matamorense, va de la mano con la corrupción de la inspección federal a cargo de Amelia Castro, relata Susana Prieto terrazas en uno de sus videos recientes. La mayoría de las empresas están violando normas legales y condenando a las y los trabajadores a la infección. Tenemos por ejemplo a; Son TELEPLAN, PROROSA, DHL BOWLES, RBC DE MÉXICO, VICTOREEN, CORDIS, SPECTRUM BRANDS, ILSCO, además de las ya mencionadas.
Ley insuficiente, corrupción en la inspección, despidos… ¿Qué podemos hacer las y los trabajadores?
La Ley Federal del Trabajo está lejos de favorecer a los trabajadores y, aun así, con todos los privilegios que otorga a los empresarios, estos no respetan ni las medidas mínimas necesarias que garanticen la vida. Los motivos no tienen lógica para los y las trabajadoras, pero sí para los empresarios, estos tienen que obtener ganancias, es el trabajo que realizan las y los trabajadores la fuente de sus riquezas.
Ante esta clara injusticia del régimen y de la clase empresarial que ostenta el poder, las y los obreros han entendido, al menos en Matamoros, que deben parar las labores y organizarse contra aquellos que son sus enemigos, sólo así harán valer sus derechos. Esta táctica de la lucha contra los dueños del capital es el primer paso para lograr el verdadero impulso que puede cambiar las cosas de raíz en nuestro país. El año pasado, esta táctica sirvió para garantizar el 20/32 a todos y todas, sirvió para fundar un nuevo sindicato nacional, democrático y que representa los intereses de la clase obrera Matamorense.
Pero tal y como lo hemos dicho y repetido, la clase trabajadora y sus luchas aisladas lograrán mejorar sus condiciones en un periodo de tiempo corto y en fines de poco alcance, sean estos económicos o políticos. Se necesita la unión de las luchas en el país y más allá de nuestras fronteras, este es el segundo paso que debe darse por una necesidad real para combatir las injusticias de los empresarios: la necesidad de la organización. Así, esta no será una unidad abstracta e imaginaria, sino una a partir de un programa definido, un programa que cambie las condiciones para la lucha en el país, que abandere LA RENOVACIÓN DE LA LEY DEL TRABAJO, UNA NUEVA LEY LABORAL DESDE Y PARA LAS Y LOS TRABAJADORES tal y como lo hemos propuesto desde que la recesión y el fin del neoliberalismo era anunciado.
Matamoros otra vez pone el ejemplo de la lucha, pero esta sólo será trascendental en la medida que esta experiencia de organización se expanda. En aquel centro dónde se presente la injusticia, debe existir un bastión, un núcleo de organización de la clase obrera.