Edith Manzo
El pasado 3 de junio, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum anunció el uso del uniforme neutro. En una circular que hizo llegar la SEP a todas las escuelas de educación básica, textualmente dice “a partir de esta fecha, en las escuelas de educación básica públicas y privadas de la Ciudad de México, el uso de falda o pantalón será de libre elección y en ningún caso se podrá restringir dicha disposición.”
Después del proceso de masificación de la escolarización postrevolucionaria, como una medida para evitar la discriminación económica o por clase social, se implementó el uso de uniformes en las escuelas, bajo la premisa de que todos eran iguales, y así poder minimizar esas diferencias. Por décadas, las escuelas han uniformado a sus alumnos de pantalón y alumnas de falda. Esta imposición marca desde edades tempranas roles muy dañinos, pues trasmite a las niñas el mensaje de que por su género se les limita. Hasta hace pocos años que esta discusión se puso sobre la mesa, esto se contempla como una medida discriminatoria sobre todo para las mujeres, pues muchas veces se ven limitadas en actividades deportivas o al aire libre, restringiendo así su movimiento e incluyendo el hecho de dejar al aire su ropa interior. Además, hay que decir que, sin importar las condiciones climáticas, las niñas tenían que llevar falda. Este debate también cuestiona los roles de género que la mayoría de las veces no permite que las y los niños manifiesten su autoconcepto.
El uso del uniforme neutro también podría traer consigo una disminución del acoso sexual, hay que decir que en nuestro país estas cifras son alarmantes, de acuerdo con la Dirección General de Política y Estadística Criminal de la Procuraduría General de Justicia capitalina, en octubre del año pasado el acoso sexual en la Ciudad de México incrementó 290% en comparación al 2017; se iniciaron 319 carpetas por abuso sexual, 39 por acoso, es decir 1.3 casos diarios en promedio. Cabe señalar que la mayoría de las mujeres han sido víctimas de acoso desde muy pequeñas.
Si bien, ésta es una medida que permitirá mayores beneficios para las niñas, permitiéndoles tener mayor libertad y movilidad, también es necesario y urgente seguir implementando medidas que las protejan de cualquier tipo de violencia y que garanticen las mejores condiciones para su desarrollo.