El pasado 28 de abril se cumplió un centenar de años del nacimiento de uno de los teóricos marxistas mexicanos más prominentes, Eli Eduardo de Gortari de Gortari, y este 29 de julio se cumplieron 17 años de su lamentable fallecimiento. Partiendo de estas fechas conmemorativas es que escribimos este texto para avocarnos a la importancia de este personaje en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

En 1950 se integró por primera vez a la UMSNH como profesor en las cátedras de ética, psicología, filosofía, mecánica de suelos e ingeniería sanitaria, las cuales impartió un par de años. Casi una década después regresaría para ser el rector de nuestra máxima casa de estudios.

Su llegada a la silla de Hidalgo fue producto de un movimiento universitario vigoroso  iniciado en 1960, donde participaron sectores de izquierda como el gobierno de Michoacán vinculado con el cardenismo, y las organizaciones estudiantiles del Partido Comunista Mexicano (PCM) apoyadas por agrupaciones campesinas y obreras del mismo partido. Dicho proceso social logró reformar la ley orgánica de la UMSNH a mediados de 1961, resultado final de su victoria política.

Esto posibilitó que el 11 de julio de 1961 la Federación de Estudiantes de la Universidad Michoacana (FEUM) y el Consejo Estudiantil Nicolaíta (CEN) postularan a De Gortari en la terna de candidatos para rector y que promovieran su elección mediante la organización de mítines y la repartición de propaganda. Eli fue electo como rector, el 7 de agosto de 1961.

La reforma lograda en ese año es la más avanzada que ha tenido nuestra universidad, Eli de Gortari era el perfil indicado para presidir esta institución en esos años. La visión del mundo que tuvo en ese entonces la UMSNH se ve sintetizada en al artículo 3° de la ley orgánica que acababa de ser aprobada, que a la letra dice:

Artículo 3°- La universidad en la orientación de sus actividades habrá de:

  1. Tener como fundamento la existencia material y objetiva del universo, independiente de su representación o reflejo en la conciencia humana; y, en particular, la existencia del hombre como parte integrante del universo, de su pensamiento como producto y manifestación de su elevada organización biológica y social;
  2. Reconocer que todos los procesos existentes en el universo, tanto naturales como sociales, son conocidos o susceptibles de llegar a ser conocidos por el hombre, a través de la investigación científica efectuada con base en la experiencia y en su racionalización rigurosa y comprobable;
  3. Concebir el universo como el conjunto total de los procesos materiales en movimiento y transformación constante, vinculados por una multitud de acciones recíprocas y sujetas a leyes necesarias;
  4. Basarse en el hecho de que el hombre interviene en el desenvolvimiento de los procesos naturales y sociales, aprovechando sus conocimientos científicos para modificar con su actividad las condiciones en que se realizan, obteniendo así la producción de los resultados que se propone, siempre que estos correspondan a los efectos de las leyes y propiedades objetivas de los mismos procesos;
  5. Considerar que el hombre se ha desarrollado y se sigue desenvolviendo por medio de su trabajo, que constituye la actividad fundamental en la sociedad; y que todos los procesos de la vida social se encuentran conectados estrechamente y se influyen unos a otros; y
  6. Tender al reparto justo de la riqueza dentro de la sociedad; hacer desaparecer la explotación del hombre por el hombre; elevar y humanizar el nivel de vida de los trabajadores; establecer el sistema democrático en todos los órdenes de la actividad social y excluir a la Universidad de cualquier influencia de política militante que no sea la educativa.

A este apartado también aparecen aspectos importantes como la vinculación con el pueblo, el desarrollo y apoyo a las casas del estudiante, y la solidaridad con los pueblos del mundo respetando la libre autodeterminación de las naciones.

Dicho marco jurídico y el movimiento universitario generaron el mejoramiento del nivel académico de la USMNH al implementar reformas, entre las que destacan la revisión y actualización de los planes de estudio y el establecimiento de un reglamento para el profesorado de planta en facultades, institutos y centros de investigación para poder regular y promover el desarrollo de los académicos. También fomentó tanto la creación de la Facultad de Altos Estudios Melchor Ocampo, como la apertura de las carreras de fisicomatemático e ingeniero industrial y el establecimiento de la Facultad de Agro Biología Presidente Juárez con las carreras de fitomejorador, agrólogo, parasitólogo y agrónomo.

Se estableció el Centro Médico para Estudiantes Universitarios y fortaleció el proyecto de las Casas del estudiante con la apertura de nuevas unidades como la Casa del estudiante Santos Degollado y la Residencia femenil Juana Pavón. A su vez, se gestionó la incorporación de los trabajadores y profesores de todas las dependencias de la Universidad al régimen mexicano de seguridad social.

Todo este desarrollo provocó la reacción de la derecha más conservadora y reaccionaria del estado, quienes aprovechando el viraje más a la derecha del gobierno de Michoacán con la llegada de Agustín Arriaga Rivera (desde 1962), echaron por la fuerza a Eli y reformaron autoritariamente la ley orgánica (1963), además de reprimir y encarcelar a muchos nicolaitas.

De Gortari regresara a su natal Ciudad de México y tendrá participación destacada en el movimiento de 1968 como miembro integrante de la Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior, misma actividad que hará que pase en prisión más de dos años.

Pero lo importante aquí es resaltar el proyecto universitario de esos años, del cual somos herederos naturales y deberíamos encauzar en la actualidad a aspirar a algo parecido, agregando las cosas que hoy día sabemos hacen falta para mejorar la situación de las y los nicolaitas.

¡UNIVERSIDAD O MUERTE!