Comité de base Fidel Castro Ruz

  El lunes 17 de abril más de 1500 prisioneras y prisioneros palestinos en cárceles de Israel iniciaron la “Huelga de hambre por la libertad y dignidad”. A la huelga se le han sumado 75 nuevos prisioneros. Es llevada a cabo por diversas asociaciones de encarcelados en Israel, quien como respuesta ordenó el sábado siguiente el confinamiento solitario de los líderes del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). Uno de los testimonios cuenta las condiciones de las prisiones israelíes, donde tienen recluidos a palestinos de 15 años o detienen por horas a niños de hasta 8. La huelga de hambre es la forma más pacífica de resistencia, con ella pretenden mantener viva la esperanza de que la difusión mediática y sus estómagos vacíos ayuden a que el mensaje llegue a ojos y oídos del mundo más allá de las fronteras de una celda y un país.

 El inhumano sistema militar y de ocupación de Israel tiene como objetivo destruir la voluntad de los presos y de su nación, infligiendo constantes torturas, golpizas brutales, castigos colectivos, a lo que ya de por sí era la negligencia médica y separación de sus familias, amigos, amigas y comunidades. Según el último conteo del Club de Presos Palestino, desde 1967 han muerto cerca de 200 reos. Israel ha establecido un régimen que otorga impunidad a los israelíes que cometen crímenes en contra de palestinos, mientras que criminaliza la presencia y resistencia palestina, han construido casi todas sus cárceles dentro de Israel y no en los territorios ocupados. Su ejército constantemente hostiga y violenta a los civiles palestinos y encarcela a cuantos se opongan, dentro, hay una constante violación de derechos humanos. En las últimas cinco décadas, Israel ha encarcelado o detenido a más de 800.000 palestinos, el equivalente al 40 por ciento de la población masculina, en la actualidad, casi 6500 siguen en prisión, entre los cuales hay algunos que cuentan con la funesta distinción de tener los récords mundiales por haber estado detenidos los periodos más largos para un preso político, difícilmente hay una familia en Palestina que no haya tenido que vivir el sufrimiento del encarcelamiento de uno o varios de sus miembros, entre los cientos de miles de palestinos que Israel mantiene cautivos se encuentran niños, mujeres, parlamentarios, activistas, periodistas, defensores de los derechos humanos, académicos, figuras políticas, militantes, transeúntes y familiares de prisioneros. Y todo con un solo objetivo: sepultar las aspiraciones legítimas de una nación.

Sin embargo, las y los palestinos no han renunciado al derecho a vivir en paz, al derecho a la construcción de su nación y autodeterminación. Esta huelga de hambre demuestra que la dignidad humana vive en cada preso, presa y en cada persona que desde afuera apoya al pueblo palestino. Porque cada vez que alguien alza la voz por Palestina, lo hace también contra del colonialismo, la opresión y la tortura. La solidaridad con la huelga, es la solidaridad con nuestra clase y cada paso de Palestina es una conquista para la humanidad.